24 de julio de 2008

Ferrari 430

No es por poneros los dientes largos, pero el otro día me dieron una vuelta en este peaso Ferrari. La sensación única desde el momento en que me subo. Al sentarme el asiento es duro, pero se adapta a mi, apoyo los pies en la placa de metal que tengo delante para ese proposito y arranca el motor. ¡Que sonido! impresionante, cuando estoy dentro lo siento incluso más bonito. Sale en primera contravolanteando para no hacer un trompo y ahora sí que el asiento tiene la forma de mi cuerpo. Puedo notar que la tracción es trasera, empujando el coche, no tirando de él, parece un pequeño detalle, pero no la sensación que produce no tiene nada que ver. Cambia a segunda y vuelta a contravolantear. Frena y el cinturón hace su función a la perfección, ya que frena fuerte, pero mi cuerpo no se mueve. Giramos y llega a meter 3ª, frena para llegar a una rotonda bacheada, puedo notar la carretera a la perfección, las ruedas te transmiten exactamente lo que hay debajo, pero no por ello es incomodo, tomamos la siguente curva a una velocidad más acorde al coche que a la carretera (comarcal), frenamos detras de 2 coches que van a una velocidad acorde a la carretera, cuando el carril contrario (por llamarlo de alguna manera) queda libre, cambiamos de carril y vuelta a acelerar, con esa musica perfectamente orquestada, que es el motor, pasamos al 1er coche sin que pueda ver que coche es. Y así un par de km. más hasta nuestro destino.

BUAH! impresionante, llegué con los pelos de punta por la sensación de goce, de saber que ha sido algo único, que probablemente no volveré a sentir en la vida. Fue simplemente fantastico.

1 comentario:

La lechuga dijo...

Sólo puedo decir una cosa: cabrón!. Con lo bonito que sería que mis hojas bailaran al viento de este pedazo de máquina... pero te tengo que advertir que hace poco estuve en un concesionario de la marca del caballo rampante y fue no tan alucinante como lo tuyo pero casi.